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sábado, 30 de noviembre de 2013

Desastre


-  No, no puedo hacerlo. – sus manos temblaban y de sus ojos azules le brotaban lagrimas-


- Vamos, ya está cargada, apunta y desliza el dedo hasta el gatillo, cierra los ojos si quieres. – Yo también tenía miedo pero intentaba ocultarlo-.

1 SEMANA ANTES…


Abro los ojos, una gran nube de polvo me impide ver más allá de mis manos que se extienden buscando un lugar donde poder sujetarme. Me pongo de pie, pero me mareo, quiero hablar pero no puedo y todo a mí alrededor es silencio. Ante la dificultad para mantener el equilibrio me siento en el suelo, voy tanteando el terreno. A mi alrededor toco lo que parecen piedras, muchas, demasiadas, hay asfalto ... quema.

Al apartar mi mano en un acto reflejo toco una zapatilla, el polvo que impedía la visión ya está desapareciendo, al fin logro ver todo a mi alrededor.

Esa zapatilla es la de un cadáver, y al lado de el, hay más, imposible saber el numero, mire donde mire, todos yacen en el suelo. Las piedras que tocaba formaban parte de un edifico que ahora está en ruinas, hago memoria y recuerdo que ese no es mi bloque de pisos, sino las oficinas donde trabajo ó mejor dicho donde trabajaba, acercándome a los cuerpos puedo ver algún compañero, a Chris uno de los mejores fotógrafos del periódico, a Jules el redactor de la sección de deportes, ahora todos pertenecen al pasado, pero ¿por que? ¿Que es lo que ha ocurrido? …

Empiezo a caminar y alrededor hay mas edificios destruidos, la muerte campa a sus anchas , niños tirados en las aceras, hombres trajeados, amas de casa, ancianos en pareja, nadie con vida, solo yo, y el miedo se apodera de mí. Empiezo a correr, quiero ir a casa y comprobar que todo está bien, pero cuantos más metros recorro, mas empiezo a pensar que nada estará como antes.

Al llegar compruebo que el bloque está intacto, apenas unos rasguños, sigue en pie, pocos edificios quedan así, y la suerte parece que me ha dado un toque. Subo las escaleras de dos en dos, el ascensor no funciona, nada que tenga que ver con electricidad. Abro la puerta del piso, llamo a mi novia pero nadie responde, recorro una por una todas las habitaciones pero ni rastro.

Cojo el móvil, claro no hay cobertura, me lo tenía que haber imaginado antes. Rebusco en los cajones, en la cocina, entre los sillones del cojín, pero no hay ni una maldita nota. Llamo a la puerta de enfrente, nadie abre, sigo llamando a todas las puertas que me encuentro y nadie responde, en la última ya en el bajo rompo la puerta de una patada. Allí encuentro dos cadáveres, que por la posición en la que están, buscaban la salida desesperadamente, al acercarme veo que la mujer tiene las uñas levantadas de hacer fuerza contra el suelo. Sea lo que fuera, debían de huir de algo, algo que acabo con ellos.

Para asegurarme, voy entrando en todas las casas de los vecinos, lo que me lleva su tiempo, en ninguna hay supervivientes. Deambulo por la ciudad, ningún coche, ningún sonido, nada con vida…

PRESENTE

Cerró los ojos, su cuerpo estaba muerto en vida, apenas podía hablar y olvidaba las cosas con facilidad, ni siquiera recordaba como empezó todo.


- Vamos, dispara!!! , sabes que es demasiado tarde para que nos salvemos
– la miré fijamente, quería que disparase-.


- ¿pero porqué nos ha tenido que pasar a nosotros?


Ahora es demasiado tarde para pensarlo…

3 DIAS ANTES

Recorro cientos de kilómetros en bici, cuando las ruedas se pinchan o se desgastan por su uso excesivo me tocaba seguir a pie, duermo en cualquier edificio, da igual que haya cadáveres, me he acostumbrado al olor a podrido. Tengo todas las respuestas pero solo me queda encontrarle a Ella, y me queda poco tiempo.

Esta claro que yo no soy el único superviviente, hay más pero han perdido la razón, estan locos, en estos tiempos nadie esta acostumbrado a la soledad ni al silencio. Si no logras esquivar los primeros síntomas de locura, estás perdido. Nunca antes había matado a nadie, pero ahora es el pan de cada día, intento huir ante cualquier enfrentamiento, pero muchas veces lo mejor es ir de frente, quizás ese pobre chico que vaga por las calles, entre por la noche a un piso mientras duermo y acabe conmigo para robarme la poca comida que guardo en la mochila, el instinto de supervivencia nos vuelve lobos.

Hace dos días sin ir mas lejos, tuve que matar a mi acompañante, se llamaba Stephen, nunca antes lo había visto, éramos muy diferentes, a el le gustaba el Futbol Americano y a mi el Soccer, coincidíamos en que ambos compartíamos el buen gusto por una botella de Ginebra, pero eso era un capricho que ya no nos podíamos permitir. Los dos juntos éramos mas fuertes, el necesitaba encontrar a su hijo universitario y yo a mi chica. Poco a poco su temperamento cambió y se volvió irascible, una noche intentó acuchillarme, pude reaccionar y asestarle un golpe mortal con un bate de baseball, en ese momento se acabó nuestra sociedad ...

No caminé sin rumbo, el destino me lleva hasta la casa de verano de mi novia, se encuentra en el bosque de un pequeño pueblo de no más de cinco mil habitantes. Típico pueblo en el que todos se conocen y el ambiente es armonioso, había ido un par de veces a pasar unos días con ella. Recuerdo absolutamente todo de aquel tiempo, cada calle, cada comercio y cada cara, a pesar de que queda poco de ellos.

Al entrar en la casa, la encuentro apoyada contra una esquina y temblando.

- Ey, vamos no pasa nada, ya estoy aquí. – toqué su pelo, estaba muy sucio. – no te preocupes de nada, mírame… - me miró con sus grandes ojos y me dio un abrazo.


- Por fin estás aquí, parece que han pasado cien años. – empezó a llorar –


- Venga no llores, ya ha pasado todo. – mentí - .


- ¿Pero que ha pasado? están todos muertos y ha intentado matarme Claire – Claire, era su mejor amiga en el pueblo, algo pija y con el sueño de ser actriz, es lo que quieren ser todas las pueblerinas ¿verdad? .

- Hace cuatro días, Irán lanzó un ataque masivo, los edificios mas emblemáticos de Estados Unidos fueron bombardeados, los medios de comunicación fueron destruidos, hubo un gran apagón informativo.


- Si si, eso si lo sé pero porque cada vez estoy mas débil ¿porque se me está cayendo el pelo y vomito sangre? ¿ Lo sabes tú?? – volvió a llorar, ahora con mucha mas fuerza que antes.-


- También hubo un ataque bio-químico, se propagó por el aire, todos estamos infectados. 






Hubo un gran silencio, nadie hablaba. Irán se había rebelado y atacado los países más importantes del mundo, Estados Unidos, Gran bretaña, Francia, Alemania ...

Después del bombardeo masivo que causó millones de muertos, llegó lo peor. Algo que no hace ruido y que no se ve, un enemigo silencioso, solo había que respirar para estar infectado. De todo esto me enteré gracias a Stephen, el antes tuvo que perder a su mujer para saberlo. A estas alturas es increíble que tanto Ella como Yo sigamos vivos.

- ¿ Hay cura para que nos podamos salvar?


- Me temo que no, podemos salir ahí fuera y buscarla, pero nos llevará tiempo.


- Está bien, me da igual, si nos podemos salvar, salgamos. - Noté un pequeño brillo en sus ojos marchitos.-

Me apremió a salir, la hice caso, emprendimos un rumbo sin saber el destino, tan solo caminar y olvidar el dolor por unas horas.

PRESENTE

- Tú puedes seguir adelante y buscar la cura, para ayudar a otra gente, no me hagas hacerlo.

- No quiero seguir adelante sin ti, estás muy débil y tienes que apretar el gatillo ya…

1 DIA ANTES

La comida empieza a escasear, pude conseguir una pistola después de enfrentarme con un policía rabioso. Consiguió derribarme al suelo, y cuando iba a echar mano de la mochila, Ella apareció para subirse a su espalda, taparle los ojos y así yo poder coger su pistola. Cuando abrió los ojos, se encontró con que le estaba encañonando a escasos centímetros de su cara, no se amilanó, me amenazó y en cuanto movió su mano, no me quedó mas remedio que disparar. A pesar de que Ella quería que tirase el arma, preferí guardarla, ahora no tengo que preocuparme sólo por mi vida si no por la de ella también.

A medida que avanza el día, la veo más débil, no habíamos caminado ni 100 metros cuando me tocó cogerla en brazos, sus piernas estaban muy débiles y su camiseta llena de sangre por los continuos vómitos, su rostro era totalmente pálido, hasta los labios habían perdido se habían tornados violaceos.

- No puedo más, paremos. No voy a aguantar disfrutemos mientras podamos el uno del otro …

Decidió no seguir, habían sido dos días agotadores caminando y huyendo de los asaltadores, ahora no podía caminar más, apenas se mantenía en pie. Buscamos un lugar seguro, una estación de tren, la tumbé sobre unos bancos y allí durante horas, hicimos por última vez el amor.

PRESENTE
- Perdóname…

- No pidas perdón, solo estás haciendo lo mejor para los dos.

Suena un disparo.

En ese momento Ella acabó con su vida, por mi mente brevemente pasaron los acordes del "Here comes the Sun" de The Beatles que ironía, la bala atravesó su cráneo y cayó muerta.

Las ultimas horas no podía respirar, su voz estaba muy apagada, solo acercando el oído podía escucharla, ya no sufriría más. Prefirió apagarse ella que acabar como Romeo y Julieta.

A las pocas horas, el presidente de los Estados Unidos en su bunker, anunció que la cura había sido hallada gracias al trabajo de más de un centenar de científicos. En los próximos días el ejército se dedicaría a encontrar supervivientes para poder someterles al tratamiento. Todo empezaría desde cero, una nueva nación nacería con mayores valores de igualdad y derechos, pero sobre todo el mundo ya sabía el nombre y la cara del enemigo y de lo que era capaz.

Por mi parte estoy  solo al lado del cuerpo de la mujer a la que amé, sólo queda esperar que ante tanta devastación alguien me encuentra antes de que me vuelva loco.




viernes, 22 de noviembre de 2013

Escapatoria


Tumbado en la cama rodeado de oscuridad y silencio, afilo los sentidos y mis oídos captan un ruido, si, un ruido semejante a un correteo.

No es la primera vez que lo escucho, enciendo la luz como las noches anteriores pero no veo nada y ese sonido cesa.

Apenas duermo, no puedo tranquilizarme, cada vez oigo ese maldito ruido más cerca de mí y es algo invisible.

En mi casa no duerme ni vive nadie más, pocas veces se escuchan eventos que tienen lugar en la casa de mis vecinos, gente muy refinada y poco dada a los escándalos.

Por la mañana todo es silencio, solo se escuchan los sonidos típicos de la calle, pero cuando anochece el infierno hace acto de presencia.

Hoy sin ir más lejos, mientras estaba en la cocina preparándome un tazón de leche, he escuchado unos pasos y una risa muy escandalosa, como de un niño pequeño.

Me sobresalté y derramé la leche sobre la mesa. Tras vagar por la casa por fin he descubierto a los causantes de tales ruidos. Unos pequeños duendecillos que visten con ropa muy humilde y en su cara llevan una gran barba, algunos negra, otros blanca ...

Cuando empiezan a correr son como ratones, no hay quien logre cazarlos.

Ahora he conseguido que los agujeros en las paredes y cualquier resquicio en ventanas y puertas hayan sido sellados.

Estoy encerrado en mi propia habitación, sentado frente a la puerta en una vieja silla de madera y con una manta protegiéndome del frío, llevo así mas de tres días.

Tengo un plan, el fuego no les gusta pues siempre han apagado todas las velas que encendía por la casa.

Creo que nos lo vamos a pasar bien, en cuanto aparezcan serán fulminados, cuanto voy a reírme de ellos cuando estén retorciéndose entre las llamas.

¿Mi escapatoria? , vaya ... No había pensado en eso y los duendecillos ya han empezado a golpear la puerta.



jueves, 21 de noviembre de 2013

Olvido y El Doctor



Podría ser un hombre como cualquier otro pero su enfermedad le privaba de ello. Su corta memoria, le impedía acordarse de quien era, quien había sido, que había hecho…

Hace mucho tiempo había logrado formar una familia, su mujer era bella y había tenido dos hijos sanos y fuertes.

Cada mañana se despertaba pero no lograba recordar que había ocurrido el dia anterior, le costaba caminar, tenía que fijarse en otras personas para saber con que cubiertos se comía e imitaba gestos que veía a su alrededor.

Harto de esa situación, salió a la calle haciendo caso omiso a las advertencias de sus cuidadores. No sabía lo que era un coche, jamás había visto uno, no lo recordaba.

Cruzó la carretera sin mirar, los vehiculos hacían sonar sus bocinas y Él asustado se arrojó a uno de ellos.

En ese momento, el hombre sin memoria acabó con su vida. Él quería descubrir mundo, pero el mundo le descubrió a Él.


La vida del doctor había sido todo un éxito, desde joven había logrado ser un gran deportista y un gran estudiante. La carrera de medicina no le supuso ningún problema y fue el mejor de toda su promoción.

Empezó a trabajar en el mejor hospital de su ciudad y pronto fue llamado desde otros paises para impartir conferencias y cursos.

Pero se aburrió de esa vida de éxito y empezó a experimentar.

Cogía a pacientes terminales ó a niños y les sometía a toda clase de aberraciones. Les suministraba potentes fármacos que aún no habían sido probados en personas, abría sus cuerpos y vertía distintos liquidos y compuestos para ver la reacción que en ellos había. Cogía partes de unos cuerpos y las cosía a otros creando verdaderos engrendros, sin vida por supuesto.

Cuando no pudo esconder sus preferencias fue puesto en busqueda y captura de inmediato.

No tardaron en dar con él, estaba en su casa, con una taza de café en la mano y un estuche de cirujano sobre un cadáver que servía de mesa.



miércoles, 20 de noviembre de 2013

Camino y Número 13


En sueños me fue mostrado un camino lleno de arboles verdes, flores de todos los colores, pequeños pájaros revoloteaban y en sus limites había mujeres desnudas que me llamaban por mi nombre.

Cuando un día caminaba por el campo, me pareció ver un camino que tenía las mismas características que el de mi sueño.

Pero me confundí. No había arboles verdes ni flores de todos los colores, los árboles estaban torcidos, apenas se tenían en pie y no tenían hojas, además las flores no eran bellas, sino que eran cardos, ortigas, hiedras que inundaban el camino.

No eran pajaros, eran bestias enormes que graznaban espeluznantemente, cuervos y buitres revoloteaban por los alrededores.

En los limites del camino, no ví mujeres desnudas, eran cuerpos palidos, sin vida que estaban tirados llenos de sangre. El liquido viscoso  iba a dar hasta un enorme río, donde en el centro se formaba un remolino que amenazaba con tragarme.

Me dí cuenta de que ese era el camino de mi vida.

 
Nací un Viernes 13 y vivo en una casa cuyo numero es el 13. Para los supersticiosos sería inconcebible ambas cosas, a mi nunca me ha importado.

En vez de mala suerte, siempre dije que a mí me daba fortuna y que estaba protegido por algo.

Pero no, no ha sido así. Poco a poco el numero 13 se ha convertido en una maldición. Todo empezó cuando me echaron de varios trabajos sin especificar el porqué, después cuando a las 13 semanas mi novia me dejó y cuando 13 personas decidieron acabar con su vida en una casa que les había alquilado.

Ahora el numero 13 está presente cada dia de mi vida, intento escapar de todo aquello en lo que esté presente, me he cambiado de casa y si conozco a alquien hago cábalas para comprobar que nada lleve hasta ese fatídico numero.

Cuando llegue el dia de mi cumpleaños no sé lo que haré, solo veo dos opciones, empezar una nueva vida ó acabar con la anterior a la fuerza ...

martes, 19 de noviembre de 2013

El Hombre De Cartón



Aunque sea difícil de creer, una vez conocí a un hombre de cartón, está claro que no nació así. Su historia es trágica, nació en una familia muy humilde en la que apenas tenían para comer y en las navidades no recibía ni un solo juguete, se tenía que conformar con cajas de cartón, las pintaba, las hacía agujeros, las usaba a modo de televisión, era feliz con ellas.

El tiempo pasó, sus padres murieron y se quedó solo en casa. El vacío era tán grande que se dedicó a recopilar cartones y con ellos creó a un padre y a una madre, de cartón si, pero para El eso era suficiente.

Hablaba con ellos, les daba comer, jugaba a divertidos juegos que el mismo creaba, y como siempre había querido tener a un hermano, moldeó en cartón una nueva figura. Un día se dio cuenta al mirarse al espejo de que era diferente a ellos por eso decidió a cubrirse de cartones, se echó un pegamento abrasivo para la piel y ató buen con cuerdas todas las partes que componían su armadura ó mejor dicho, su nuevo cuerpo.

Cuando lo conocí estaba ciego, apenas comía y el olor en su casa era vomitivo.

El hombre no se podía mover, la imagen que daba era tan horrenda que me decidí a ayudarle y darle un final digno, cuando le iba a quitar los cartones de su cuerpo, se revolvió y empezó a gritar.

Allí le dejé solo en su casa llena de cartones y de figuras falsas. A los pocos dias me enteré de que la casa se había incendiado y que él había muerto.

Fue encontrado en la cama tumbado junto a sus padres y su hermano de cartón.

Parece que sabía que ese sería su ultimo día.


Haikus 1



Amor eterno

Que nunca se olvida

Eterna llama .



Volé despierto

Abri las alas al sol

Caí dormido

Final y Oscuridad


Hundido entre sabanas para no ver la luz del sol que atraviesa las persianas. Sordo ante las palabras que destruyen e indefenso ante el poder celestial.

Ella se ha marchado, no dijo ni una sola palabra, como llegó se fue.

Echo la vista atrás en un ejercicio de masoquismo y recuerdo su pelo negro, su cara angelical, sus brillantes ojos llenos de vida.

Ahora simplemente no está.



La oscuridad me sorprendió mientras deambulaba cual alma en pena por las calles de mi ciudad. Se hizo de noche y las luces se apagaron, como un ciego toqué cada pared, parándome en las esquinas y guiándome por el olor.

El pánico me atenazaba, me sentía observado, miraba hacia cada lado, me daba la vuelta pero no había nada ni nadie, solo oscuridad.

El silencio era terrible, no recuerdo otro como ese. Grité pero no se escuchó nada, golpeé con fuerza las paredes, pero no salía ningún sonido de ellas.

Seguí caminando, sin saber donde estaba, chocando contra esquinas y farolas, magullado llegué hasta una gran puerta de lo que seguramente era madera. Me paré frente a ella y me quedé sentado.

Cerré los ojos para que la oscuridad me golpeara y después no recuerdo nada.

No sé si ahora estoy despierto y escribo desde la negrura ó si estoy dormido y esto solo es un sueño.